VALLADOLID- «Hay que cambiar todo el sistema educativo. El modelo actual no fomenta el riesgo ni la creatividad. No se potencia y es incompatible para crear futuros emprendedores». Así de contundente se muestra la presidenta de la Asociación de Jóvenes Emprendedores de Valladolid (AJE), Ángela de Miguel, quien asegura que la solución para salir de esta crisis está en manos «de las pequeñas y medianas empresas, ya que no va a venir ninguna multinacional a España a instalarse y a crear puestos de trabajo».

AJE nacía en 1998 y tras unos años en los que apenas tuvo actividad, una nueva junta directiva relanzó el proyecto, hace casi un año, con un reto calve: «apoyar a los jóvenes que comienzan en el mundo empresarial».

Y una de las ayudas más habituales que realizan, a los más de 50 asociados que conforman este proyecto, es un detallado y completo asesoramiento en temas jurídicos, fiscales o en las nuevas tecnologías. «Muchas empresas tienen que cerrar porque les falta formación en este tipo de cosas», señala De Miguel. Por ello, desde AJE, se llevan a cabo talleres para emprendedores, encuentros con empresarios y visitas a empresas, para conocer mejor sus entresijos y tomar buena nota para futuros proyectos.

Además, también ha contado con la presencia de varios expertos en el mundo empresarial que han explicado las estrategias y cómo es el funcionamiento para la exportación. «Ahora se ha producido una importante demanda en el exterior de servicios como la tecnología, las renovables o ingeniería». Y es que el futuro más inmediato está en el exterior: «No tenemos elección. Y es más fácil de lo que se piensa aunque eso sí, requiere grandes dosis de esfuerzo e inversión», señala la presidenta de AJE. Y la crisis también es una oportunidad, y más para las pequeñas y medianas empresas. «Tienen gran capacidad de cintura para adaptarse a lo que los mercados demandan, no son tan rígidas como las grandes empresas y por eso la capacidad de reacción es mucho más rápida», señala De Miguel. Y esa es la clave de que muchos de los asociados estén en el mercado con productos competitivos y con éxito en sus negocios.

Pero también hay problemas por medio. La falta de financiación por parte de los bancos y las numerosas trabas que ponen las administraciones. «Tiene que haber un cambio de mentalidad; te piden tanta documentación que te hacen parecer un delincuente», concluye De Miguel.

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